CONFUSIÓN DE PRIORIDADES. En general, se asume que la eficacia de un individuo está ligada a su capacidad para hacer riqueza. Sin embargo, la verdadera eficacia personal es la capacidad para generar felicidad, integridad, bondad y demás condiciones que, en realidad, hacen de la vida una experiencia superior. Mera generación de riqueza anulando lo anterior, no es auténtica eficacia, ni trae calidad de vida. ¡Hay que ser eficaces de verdad!






