Perdona tus fracasos. Es más, ¡celébralos! Expertos en salud mental afirman que aunque es imposible no vivir sin emociones negativas pues forman parte de la vida, la felicidad y el bienestar también son emociones intrínsecas y naturales del ser humano. Si aprendemos a ver lo malo como parte del proceso de la vida, y a no mortificarnos cada vez que algo malo nos pasa, podremos igualmente abrirnos a la alegría. Hay que aprender que somos humanos y que tenemos debilidades y fracasos. No es el fin, es ¡crecimiento! Perdonarte a ti mismo es de gran ayuda a la autoestima. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).